Romanticismo

La época esplendor de la tonalidad y su colapso como sistema de composición


El Romanticismo es un periodo que
abarca aproximadamente desde
el año 1805 (con el estreno de la Tercera
Sinfonía «Eroica» Op. 55 de Ludwig
Van Beethoven hasta finales
del s. XIX y principios del s. XX.

«[…] es imposible organizar de
forma ordenada por fechas o
por temas la música del siglo XIX:
es una densísima red de compositores, intérpretes, editores, promotores,
partituras, tradiciones orales,
públicos, instituciones, ciudades
y naciones»

Walter Frisch. La música en el siglo XIX

Hacia la búsqueda de otros lenguajes

Así como sus inicios son claros en la figura de Beethoven, la finalización del Romanticismo no es tan nítida en el tiempo. La estética romántica se desvaneció progresivamente con la aparición de las diferentes tendencias artísticas en torno al 1890, englobadas bajo el paraguas del denominado Modernismo.


«El poder dramático de la tonalidad había comenzado a destruirla desde dentro»

Charles Rosen

Figuras como Gustav Mahler, Richard Strauss o Claude Debussy comenzaron a alejarse de la tradición tonal austro-alemana (iniciada por los tres maestros del Clasicismo) y mostraron un mayor interés por otras organizaciones musicales más allá de la tonalidad. Algunos buscaron resaltar otros parámetros musicales distintos al armónico como el timbre, la disonancia (Atonalismo), las sonoridades texturales (Impresionismo) o la exaltación de ideales políticos.

Esta fantástica cita de Rosen está extraída de su breve ensayo Schoenberg. Es interesante entender que el sistema tonal desde sus inicios ya en la época del Barroco supone una balanza entre dos fuerzas: la disonancia y la consonancia. El hecho de que la tonalidad se construyese sobre la disonancia como generadora de tensión y de movimiento hizo que cada vez se buscase más ese recurso. Hasta que, a finales del Romanticismo, la disonancia llegó a desequilibrar tanto la balanza que las fuerzas entre tensión-distensión se rompieron. Llegó el Impresionismo y el Atonalismo; llegó el siglo XX.


Los compositores románticos

Se podría hablar, a grandes rasgos (y cayendo en errores de generalización, por supuesto) de dos grandes grupos de compositores románticos.

La primera generación nacida a principios del s. XIX como Franz Schubert (1797-1828), Héctor Berlioz (1803-1869), Félix Mendelssohn (1809-1847), Robert Schumann (1810- 1856) o Frédéric Chopin (1810-1849).
Vivieron su primera etapa vital cuando Beethoven abandonaba su vida pública (a la edad de 45 años, considerado como el mejor compositor vivo del momento) y en una época de relativa calma socio-política que va desde el Congreso de Viena (1813-14) hasta las Revoluciones políticas de 1848.

La segunda generación a partir de las Revoluciones de 1848, englobamos hoy bajo la etiqueta de Nacionalismos. Cada vez más, la creciente sociedad burguesa, empezó a querer librarse de los totalitarismos impuestos por las monarquías. Países como Italia o Alemania acabaron por unificarse y otros como Bohemia (la actual República Checa), Finlandia o Hungría lucharon por su independencia. Estas luchas por la identidad como país acabaron influyendo en la creación musical, como emblema cultural.


Características estilísticas

Melodía y Ritmo

>> La búsqueda de contraste en las articulaciones y el uso de las dinámicas.
>> Tendencia a líneas melódicas líricas y cantabiles.
>> Fraseo ya no tan claramente delimitado como en el Clasicismo por cadencias (aparecen nuevas, más allá de las habituales Cadencia Auténtica y Semicadencia).
>> Tendencia a la asimetría del fraseo.
>> Ritmos más complejos e indicaciones agógicas habituales (variación del pulso)

Armonía

>> Armonía compleja que puede constituirse con ritmos armónicos rápidos.
>> La armonía determina la forma/estructura.
>> Abundante uso de la armonía alterada, acordes préstamo y resoluciones excepcionales de los acordes de dominantes.
>> Las modulaciones se extienden al total cromático.

Textura

>> Como en el Clasicismo, abunda la melodía acompañada y la homofonía.
>> La contrapuntística cada vez tiene más protagonismo en el Romanticismo puesto que es una herramienta poderosa para generar momentos de inestabilidad y tensión en el discurso musical.

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