Otras texturas

El periodo del sistema tonal bimodal (es decir, la tonalidad) se estableció entre el Barroco (entorno al 1600) y el final del Romanticismo (finales del siglo XIX). Durante casi tres siglos las texturas predominantes fueron la monodia, homofonía, melodía acompañada y textura contrapuntística. Se utilizaron de forma muy habitual en los distintos periodos estilísticos durante la tonalidad: Barroco (imperantemente contrapuntística), Preclasicismo, Clasicismo y Romanticismo (melodía acompañada).

No obstante, a partir de finales del siglo XIX y principios del siglo XX empezaron a proliferar nuevas texturas originadas a partir de la experimentación en la composición y una vista a la música del pasado; una reinterpretación de las técnicas y texturas del Renacimiento que generaron una mina de recursos.

Hoquetus

Es una textura resultante de una técnica compositiva utilizada en la Edad Media. Consistía en una melodía que se distribuía en diferentes voces de una obra, de manera que ésta se generaba a partir de la intervención de notas puntuales en distintas voces mientras que el resto permanecían en silencio.

Esta técnica generó, a partir del siglo XX, la melodía de timbres o Klangfarbenmelodie, en la que se formaba la línea melódica a partir diferentes notas en diferentes instrumentos (cada uno con su característico sonido, es decir, timbre). Un ejemplo es la orquestación de la fuga de la Ofrenda Musical BWV 1079 de Bach por el compositor Anton Webern (1883-1945) en la que utiliza esta técnica.

Fuga, ricercata, para orquesta (Anton Webern)

Micropolifonía

Técnica atribuida al compositor húngaro György Ligeti, uno de los más importantes de todo el siglo XX. En obras como Atmospheres trabaja esta textura. Como se puede comprobar en la figura, la sección de violines de la orquesta llega a separarse en 14 violines primeros y 14 violines segundos, de forma que cada músico hace una línea melódica diferente e independiente del resto, generando así 28 líneas polifónicas.

Atmospheres, para orquesta (György Ligeti)

En este caso, no todo el mérito de esta técnica es de Ligeti. Ya en el Renacimiento, el compositor inglés Thomas Tallin (1505-1585) compuso el motete Spem in alium nunquam habui para 40 voces. Escrito para conmemorar el 40 cumpleaños de la Reina Isabel I es una de las obras más impresionantes de la música renacentista.

De nuevo una técnica compositiva del Renacimiento reinterpretada en el siglo XX. Y no es casualidad. Los compositores de la nueva música de vanguardia, a finales del siglo XIX y principios del XX, agotados de la estética romántica, centraron su interés en la música anterior al periodo de la tonalidad.

Puntillista

Representativa de la estética de la música atonal de principios del siglo XX, especialmente asociada a la figura de Anton Webern y al ambiente estético de la Segunda Escuela de Viena. Para entender esta textura basta con pensar en el estilo puntillista en las artes plásticas. Se trata de una textura minimalista, asociada a un lenguaje que muestra pequeñas unidades musicales que, en conjunto, forman el discurso musical.

Cuarteto para cuerda, mov. I, cc. 1-12, Op. 28 (Anton Webern)

Recopilar todas las texturas llevaría mucho tiempo para su elaboración y posterior explicación. Por lo tanto, veremos algunos ejemplos más:

  • Textural espectral. Textura que se genera en aquellas obras escritas en sistema espectral, música que construye verticalmente la armonía recreando la serie armónica de un sonido determinado (como la música de Gérard Grisey).
  • Masas sonoras. Se genera con clústers a partir de grandes cantidades de interpretes, generalmente en repertorio orquestal (como algunas obras de Kryzsztof Pendericki o Iannis Xenakis).
  • Textura aleatoria. Generada a partir de parámetros musicales no regidos por pautas (como algunas obras de Witold Lutoslawski).
TEXTURAS – Capítulo 6 – Otras texturas

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