Como ya se ha comentado anteriormente, numerosos compositores recurrieron en sus composiciones al instrumento emblemático del Romanticismo el piano. Por tanto, escribieron lo que hoy denominamos bajo la etiqueta de formas pianísticas libres o piezas de carácter. Hay autores como Jan Swafford que sitúan el origen de este tipo de piezas en las Bagatelas op. 33 de Beethoven (1782), «con ellas se daba comienzo a la tradición de piezas de carácter propias del Romanticismo»

«Las piezas de carácter son obras para piano más breves que, normalmente sin ningún texto que las acompañe, buscan transmitir un estado de ánimo, un ambiente o escena. La asociación se logra por medio del título y, quizás, una breve inscripción»

Walter Frisch. La música en el siglo XIX

Y es que, durante el Romanticismo, ningún otro repertorio como el pianístico fue tan prolífico. Compositores como Schubert, Félix y Fanny Mendelssohn, Robert y Clara Schumann, Johannes Brahms, Frédéric Chopin, Piotr Ilich Chaikovski… y una gran lista contribuyeron enormemente a su repertorio. Esta enorme producción no implicó que se dejasen de escribir las sonatas para piano, que aún se utilizaban, pero gran parte de la producción se destinó a estas pequeñas piezas que daban una mayor libertad artística al compositor y, además, encajaban más con la tendencia romántica.

Los títulos a los que recurrieron los románticos son muchos: preludio, nocturno, impromptu, vals, serenata, consolación, intermezzo, improvisación, égloga, elegía, mazurka, polonesa, scherzo, minueto, romance, canción, estudios, baladas, invención, etc…

Las piezas de carácter son breves y su estructura, aunque en un principio es LIBRE, tenderá a formas binarias (AA o AB) y, en mayor número, a formas como el lied ternario (ABA’). Aunque eso no excluye otras formas como ABABA, ABACA (es decir Rondós simples) u otras variantes. Y, por supuesto, encontrarnos introducciones, transiciones y/o codas a modo de complemento será habitual.

En estilos posteriores como el Romanticismo, Neoclasicismo u otras estéticas coetáneas y posteriores se siguieron escribiendo estas piezas independientes.