Estructura: secciones y funciones

1. Secciones y funciones
___1.1. Introducción
___1.2. Decorado
___1.3. Enlace melódico
___1.4. Coda, Sección de cierre o Epílogo
___1.5. Transición
___1.6. Desarrollo
___1.7. Falsa reexposición
___1.8. Fortspinunng

1. Secciones y elementos accesorios

Con los diferentes procesos que el compositor posee para generar material en la obra y dotarla de una forma con ideas musicales interrelacionadas vamos a ver dos análisis importantes. Por un lado, cómo se denominan las distintas secciones de una obra (introducción, decorado, enlace melódico o puente, transición, etc.). Por otro lado habrá que estipular las funciones que desempeñan:

  • Función expositiva o reexpositiva.
  • Función de transición.
  • Función de desarrollo.
  • Función conclusiva.

Vamos a ver, pues, aquellas secciones o elementos accesorios más habituales que pueden conformar una obra

1.1. Introducción

La introducción es una sección complementaria que aparece al principio de la obra. Puede formar parte de las ideas principales del discurso musical, es decir, construida con material melódico o presentando la idea musical principal de la obra, aunque no tiene por qué ser así. Su función es expositiva, prepara la obra, crea expectativas. Usualmente tiene un tempo (más lento) distinto al inicio “real” de la obra.

El primer ejemplo es de la Ballada para piano de Teresa Carreño. La obra en sí se podría afirmar que comienza en la anacrusa del c. 12, con las indicaciones de Andante cantabile y de carácter dolce. Ahí es donde realmente empieza la Ballada. Los compases iniciales, a modo de introducción, no son más que una muestra virtuosística y buscan crear una expectativa en el oyente, para atraer su atención. Además, armónicamente, el acorde final sobre el que descansa el calderón se trata de una séptima de dominante, que genera la tensión que se acabará resolviendo en el inicio de la Ballada.

Figura 16: Ballada, para piano, Op. 15, cc. 1-11 (Teresa Carreño)

El segundo ejemplo es la icónica introducción de la Sonata “patética” de Beethoven. Se trata de un fragmento de 10 compases que tiene la indicación de tempo Grave que acaba dando paso en el c. 11 a un tempo de Allegro molto e con brio, con blanca a 152 (muchísimo más rápido). Además de la velocidad, el material musical de dicha introducción no aparece más en la obra a excepción de unos breves pasajes a modo de enlace (otro tipo de sección que veremos más adelante), siendo el material temático principal del primer movimiento distinto al de la introducción. De nuevo el objetivo es atraer la atención y generar expectativas a través del carácter oscuro e intenso del Grave. Supone una antesala de lo que está por venir.

Figura 17: Sonata No. 8 “Patética”, para piano, Op. 13, cc. 1-10 (Beethoven)

Aunque, como se había dejado intuir más arriba, no siempre el contenido de la introducción es totalmente ajeno al material temático o idea musical principal. En ocasiones, la introducción tiene el papel de presentar una idea musical que luego se desarrollará pero con un tempo o un carácter distinto. En la siguiente introducción de la Sonata para Viola de Rebecca Clarke la viola ejecuta algunos de los motivos sobre los que se desarrollará el discurso musical de todo el primer movimiento de la obra. De nuevo vemos una sección con un carácter ad libitum, con varias indicaciones agógicas y un carácter virtuosístico.

Figura 18: Sonata para viola, cc. 1-12 (Rebecca Clarke)

1.2. Decorado

Al igual que la introducción, el decorado tiene una función expositiva, de preparación de un determinado material, que generalmente será melódico. Casi siempre antecede a una melodía con acompañamiento y son unos compases previos en los que aparece tan solo el acompañamiento. Su función será, por tanto, preparar y disponerlo todo adecuadamente para la aparición del protagonista, el material melódico. A la hora de realizar el análisis, los compases (generalmente uno, dos o cuatro máximo) se incluirán en la sección que prepara. Es decir, no se trata como una parte independiente, sino como un breve complemento de una sección. A continuación un par de ejemplos para entender auditivamente y analíticamente qué es un decorado.

Figura 19: Capricho Árabe, para guitarra solo, IFT. 3, cc. 13-14 (Francisco Tárrega)

En el anterior ejemplo del compositor Francisco Tárrega, además de la preparación mediante el decorado del tema principal (cc. 13-14) aparece una introducción que genera expectación (cc. 1-12) y que también posee un cierto carácter virtuosístico.

Otro ejemplo de la conocida melodía (para todos los violinistas) de Meditation, extraída de la ópera Thaïs del compositor francés Jules Massenet.

Figura 20: Meditation, de la ópera Thaïs, para violín y piano, cc. 1-2 (Jules Massenet)

Esta breve sección es usual en los Lieder aunque también nos los encontraremos en el repertorio instrumental.

1.3. Enlace (melódico) o puente

Suelen ser elementos accesorios de pequeña dimensión. Se utilizan como eslabones para unir frases o ideas musicales y, por lo tanto, tienen una función de transición. Se suele dar el caso habitual en frases de carácter tético (que se inician en el comienzo del compás) que poseen final fuerte (también en tiempo fuerte) y generan huecos. El enlace melódico tendrá la finalidad de evitar el silencio (véase figura 21).

Figura 21: Fantasía para clarinete, IAH. 6, cc. 62-72 (Augusta Holmes)

Misma intención que la mostrada en el siguiente ejemplo del Concierto para tuba de Vaughan Williams. Aparece un enlace entre el final del tema en la tuba y su repetición en la orquesta. Como un eslabón que une dos extremos de una cadena.

Figura 22: Concierto para tuba, 3er mov. Finale, cc. 18-23 (Ralph Vaughan Williams)

En el siguiente ejemplo de la Sonata para Violonchelo de Ethel Smith se ve como la primera frase (cc. 1-6) y la siguiente (del c.7 en adelante) genera un hueco que es rellenado por el piano rompiendo ese patrón de acompañamiento plano y realizando un movimiento ascendente con una función de enlace melódico.

Figura 23: Sonata para violonchelo, 1er mov. Op.5, cc. 1-9 (Ethel Smith)

Volvamos al caso arriba citado: frase con inicio tético y final fuerte que es seguida de otra frase tética puede variar. El compositor puede solaparlas en un mismo tiempo; unirlas sin generar hueco. A este proceso se le llama elipsis o doble función por elipsis.

1.4. Coda, Sección de cierre o Epílogo

La coda es una sección que aparece al final de una obra o movimiento. De hecho, es un término en italiano que significa literalmente «cola». Es una sección que no aporta ideas o material musical nuevo, si no que reafirma y ratifica un proceso cadencial, con una función conclusiva.

El primer ejemplo es de Schumann, en el que un gran pedal de I nos indica que la sección es puramente conclusiva, un eco de lo acontecido anteriormente.

Figura 24: Pieza No. 17 “El pequeño viajero de la mañana” del Álbum de la Juventud Op. 68, final (Robert Schumann)

En el siguiente ejemplo de Mozart la coda es clara. El fragmento está en Do Mayor. La armonía marca un fuerte final de sexta y cuarta cadencial (I-V-I), reforzado por un trino sobre el IIº (Re) que resuelve sobre la tónica (típico movimiento cadencial de la melodía en los períodos del Barroco y del Clasicismo). Además, una vez realizado ese proceso cadencial tan definitorio le sigue una concatenación de V-I a modo de repetición y, por lo tanto, extensión de ese sentimiento conclusivo que supone la coda.

Figura 25: Sonata para piano Kv. 545, 1er mov., final (Wolfgang Amadeus Mozart)

Beethoven es el gran arquitecto de la música. Para él, el equilibrio en sus obras musicales era primordial. La 5ª Sinfonía, como tantas otras obras suyas, está muy cargada de energía y dramatismo. La coda tiene un función de relajación, de marcar un punto final. Es por ello que, en la música de Beethoven la coda adquiere grandes proporciones. Necesita una coda extensa para apaciguar toda la energía acumulada durante la obra. En el primer movimiento de la 5ª Sinfonía el maestro presenta una coda grande que podría parecer desproporcionada con respecto al resto del movimiento. Pero en realidad es producto de la necesidad de Beethoven equilibrar mediante la coda toda la tensión acumulada por la música del primer movimiento.

Figura 26: 5ª Sinfonía, en Do menor, Op. 67, 1er mov., reducción a piano de Liszt (Beethoven)

La sección de cierre es un elemento de las mismas características que una coda; son sinónimos. Pero, a diferencia de ésta última, utilizamos el término ‘sección de cierre’ porque puede aparecer en medio de una obra o movimiento (y no al final como la coda). Su función es también conclusiva pero no cierra la obra entera, sino sólo una sección.

A modo de ejemplo, una sección de cierre de la Sonata para arpa en do menor No. 3 de Sophie Dussek. La forma musical de esta obra responde a Sección A (exposición) – Sección B (desarrollo) – Sección A’ (reexposición) – Coda. Es decir, se trata de una forma sonata, que veremos en la unidad 7. Se muestran dos figuras:

  • Figura 27a, la coda, al final del primer movimiento de la sonata. Su función es cerrar todo el movimiento.
  • Figura 27b, la sección de cierre. Su función es cerrar la sección A, es decir, cerrar solamente la exposición.
Figura 27a: Sonata para arpa en Do menor No. 3, 1er mov., Op 2 (Sophie Dussek)
Figura 27b: Sonata para arpa en Do menor No. 3, 1er mov., Op. 2 (Sophie Dussek)

Y, como se puede comprobar, la sección de cierre y la coda son el mismo material compositivo. Esto ocurrirá en las distintas estructuras de forma sonata. No obstante, en otras formas musicales, cualquier sección de cierre de cualquier sección de la obra no tiene por qué coincidir con el material melódico-rítmico usado en la coda.

El epílogo también es una sección conclusiva en la que nos encontraríamos ante una recopilación de las ideas principales de la obra, a modo de collage. De hecho, la RAE recoge entre sus definiciones: «última parte de una obra, en la que se refieren hechos posteriores a los recogidos en ella o reflexiones relacionadas con su tema central».

1.5. Transición

La transición (su propio nombre indica su función) tiene el mismo objetivo que el enlace melódico o puente, pero se trata de una sección más extensa. Conduce el discurso musical de una sección determinada (tonalmente estable) a otra sección en otra tonalidad (también tonalmente estable). Y aquí reside la clave para diferenciarla de un enlace melódico o puente, la transición es tonalmente inestable, puesto que su función es el proceso de modulación entre secciones. La transición implicará movimiento que se verá reflejado a través de texturas contrapuntísticas, progresiones armónicas o una escritura más cromática que las secciones que une. Veremos más en profundidad esta sección típica, entre otras estructuras, de la forma sonata.

1.6. Desarrollo

El desarrollo suele ser una extensa sección (aunque en ciertos compositores puede ser mucho más breve de magnitud) en la que se elabora a través de los procedimientos (vistos en el punto 4.3 y muchos más imposibles de recopilarlos todos en estos apuntes) las ideas o material melódico-rítmico. Por lo tanto, la extensión, el carácter y la forma de esta sección variará en gran medida de una obra a otra. En las estructuras de formas de sonata denominamos a la sección central desarrollo, pero puede existir fragmentos en otras secciones o formas con carácter de desarrollo.

Dicho carácter será la intención del compositor por variar o enriquecer el material musical. Además, será una sección o fragmento en el que la textura tienda a ser contrapuntística, muy elaborada y densa, a diferencia de las secciones con carácter expositivo (sección A, B, etc. de una obra). Es decir, una de sus principales cualidades será la de aportar tensión e inestabilidad al discurso musical a través de modulaciones y tonicalizaciones, provocando cierto nivel de cromatismo en la partitura. Dicha tensión e inestabilidad se verán resueltas en la Sección que le siga.

1.7. Falsa reexposición

Más que una sección propia se trata de un recurso compositivo para hacer creer al oyente que se ha vuelto a una sección reexpositiva (a la Sección A o B que ya sido expuesta con anterioridad). Pero en realidad se trata de un engaño. Suele presentar un giro inesperado al poco de iniciarse o se reexpone en un tono distinto al principal. Habitualmente aparece como recurso en la forma sonata.

A continuación, un ejemplo de una falsa reexposición en la Sonata No. 3 Op. 2 de Beethoven. La explicación de la falsa reexposición es la siguiente:

  • En la figura 28a el elemento melódico-rítmico principal en la tonalidad de Do mayor, formado por esos dos motivos melódicos y una semifrase (2 compases + 2 compases).
  • Después, la figura 28b, hacia el final de la sección central de desarrollo surge el material principal en la tonalidad de Re mayor. Esta aparición genera en el oyente una falsa sensación de vuelta a la Sección A, pero no es así.

En la figura 28c es cuando realmente se reexpone el material temático principal y, además, en su tonalidad original de Do mayor.

Figura 28a: Sonata para piano No. 3, 1er mov., cc. 1-5, Op. 2 (Beethoven)
Figura 28b: Sonata para piano No. 3, 1er mov., cc. 109-113, Op 2 (Beethoven)
Figura 28c: Sonata para piano No. 3, 1er mov., cc. 134-142, Op. 2 (Beethoven)

1.8. Fortspinunng

Puesto que el tema que nos ocupa es el Barroco, después de haber visto los distintos elementos accesorios que se pueden encontrar en cualquier obra musical cabe explicar el fortspinung. El fortspinung (que se define como trama o frase continuada) es una estructura que representa un proceso de componer habitual en la época del Barroco tardío. Es decir, representa una especie de molde que se puede ajustar a diversos procedimientos que encontramos en las obras de este periodo. Es una forma ternaria que presenta tres frases, cada una con una función claramente diferenciada:

  • Antecedente, conformada por la primera frase. Tiene una función expositiva puesto que nos presenta el motivo o material temática y establece la tonalidad y otras características como el carácter del fragmento musical y el ritmo. Armónicamente hablando es estable y estática, presentando las funciones básicas.
  • Fortspinung, conformada por la segunda frase. Tiene una función de desarrollo puesto que suele construirse a partir de una progresión armónico-melódica que elabora y transforma el motivo musical anterior.
  • Epílogo, conformada por la tercera frase. Tiene una función conclusiva, preparando y realizando una cadencia que cierra toda la estructura.
Figura 29: Concierto para violín en La menor, 1er mov., cc. 1-12, RV 356 (Vivaldi)

Esta estructura ternaria que, como ya se ha comentado, es habitual en el periodo Barroco, nos la encontraremos a nivel de frase, de sección o, incluso, dando forma a toda una obra, como puede ser un preludio de Bach.

Blog de WordPress.com.