Suite barroca

1. Primeras formas binarias

Durante el Barroco, el bajo continuo constituye la técnica compositiva fundamental que da sentido a toda una época. Propició, junto con otros factores, la liberación de la música instrumental respecto a la vocal. Fue recibida como toda una revolución. Dicha técnica rivalizaba con el antiguo estilo polifónico vocal que imperó durante todo el Renacimiento. A pesar de ello, la música instrumental convivió con la escritura polifónica vocal (relegada ya a un ámbito eclesiástico y denominada como stile antico) que siguió cultivándose y que se solapó en el tiempo con el surgimiento de este nuevo estilo barroco.

Así pues, durante el Barroco, empiezan a surgir distintas formas musicales (o mejor dicho, propuestas discursivas) y tomar fuerza la música instrumental. Es por ello que en el Barroco las formas empiezan a constituirse. La forma binaria tipo suite lo abarca todo; también encontramos procesos o estructuras de construcción del discurso musical como el fortspinung, ligado a la estética barroca o el procedimiento contrapuntístico por imitación (muchas veces en estilo fugado).

2. Suite barroca y sus danzas

Como señala Giulio Bas en su Tratado de las formas musicales, la suite barroca «que en Italia se designa también con el nombre de Sonata, y en otros países: Partita, Ordre, Obertura, etc. es una serie de piezas instrumentales o tempos escritos todos en un mismo tono, derivados de danzas y de canciones con frecuencia precedidos por un preludio, y dispuestos de manera que se alternan en carácter, pulso y ritmo».

La variedad de danzas en la suite puede oscilar entre 4 y 9. En sus esquemas formales, individualmente, cada una de las danzas se conforma de una forma binaria tipo Suite que enfrenta dos tonalidades (que, como no podía ser de otra manera, tienden a ser la Tónica y la Dominante). Todas las danzas estarán unificadas bajo el mismo centro tonal; la tónica de ellas será siempre la misma nota. Sin embargo, alguna de ellas podría estar escrita en la tonalidad homónima (Do mayor y Do menor, Sol mayor y Sol menor…).

Si la danza está en Modo Mayor, el esquema de posibles modulaciones dentro de la obra será el siguiente:

Si por el contrario, la danza está en modo menor

En cuanto al material melódico-rítmico, cada danza está unificada por su esencia; existe un solo material musical o varias pequeñas ideas musicales. Las danzas, entre ellas, se agrupan por el centro tonal. En el Barroco, la construcción del discurso musical se basaba en un desarrollo constante del material (y más en Bach). En el primer/os compases de cada obra encontramos los motivos o incisos que se transformarán durante toda la pieza. Es por ello que la música barroca es un perpetuum mobile, un desarrollo constante (a nivel rítmico se hace evidente en cualquiera de las obras). Algunas de las danzas más típicas y sus características son las siguientes (aunque cabe señalar que, como siempre, no son rasgos imperturbables, podremos encontrar diferentes con estas cualidades generales).

Existen cuatro danzas principales en las que nos centraremos: Allemande, Courante, Zarabande y Gigue. Pero,, al margen de esas cuatro que suelen ser el cuerpo central y habitual, según la procedencia geográfica de la composición, podemos encontrar otras danzas. La variedad es enorme, así que se plasman aquí algunas: doble, gavota, mussette, minué de tipo ternario, paspié, loure, bourrée, polonesa, aria, siciliana, pavana, furlana

Haremos un repaso por las cuatro danzas principales y sus características que las definen. Pero cabe señalar que éstas no son rasgos inamovibles y patrones que se repiten en todas y cada una de las danzas escritas por Bach. Para nada. Siempre encontraremos excepciones en el compositor alemán, pero son rasgos que se suelen repetir en muchas de ellas. Pero, si hay algo que sí es invariable eso es la estructura que, en todas las danzas, será la forma binaria tipo suite.

2.1. Allemande

Al estar habitualmente en la primera posición detrás del preludio, es decir, la primera danza que escuchamos, tiene un papel de danza principal y de más importancia. Su tempo es moderado y su compás variará entre un 4/4, un 2/2 o un 2/4. En cuanto a sus características melódicas destaca que su inicio es anacrúsico, con semicorcheas. A veces una, a veces dos y otras tres semicorcheas. El patrón rítmico característico de la alemanda es el que veis en la diapositiva, pero en las suites de Bach, cómo no, estará más bien difuso.

2.2. Courante

Su tempo es vivo, rápido y enérgico. Su compás variará entre un 3/4 o un 3/2. En cuanto a sus características melódicas destaca que su inicio es anacrúsico, normalmente con una corchea aunque podrían ser dos o tres o, en otras ocasiones puede comenzar de forma más enérgica con anacrusa de semicorchea. Dependerá también, por supuesto, del compás, de si su unidad de tiempo es negra o blanca. El patrón rítmico característico es el que veis en la diapositiva, aunque como ya dije, en las suites de Bach éste puede estar alterado ya que, al fin y al cabo, el compositor alemán, como cualquier otro compositor, desarrollaba y variaba continuamente el material y las características originales de las danzas.

2.3. Zarabande

Suele estar escrita en un compás de 3/4 o 3/2 y en un tempo lento. Comienza de forma tética, o sea, en tiempo fuerte y, melódicamente, contiene un gran número de ornamentos en forma de trinos, grupetti o mordentes con los que, continuamente, se adorna la lenta línea melódica.

Aunque estructuralmente hablando todas las danzas son iguales, es decir, que tienen una forma binaria tipo suite en la que a mitad de la danza siempre nos encontraremos una doble barra que dividen en dos secciones la pieza, la Zarabanda presenta una peculiaridad. Encontramos, por regla general, una suerte de fraseo. Ésta especie de fraseo estará compuesto por una frase de 8 compases en la primera Sección A y dos frases de 8 compases también en la siguiente Sección A’.

2.4. Gigue

Suelen estar escritas en un compás ternario que puede ser un 6/8, un 9/8 o un 12/8 y su tempo es vivo, rápido, al igual que la danza Corrente. Suelen también comenzar con anacrusa pero también podemos encontrarnos el inicio de forma tética, o sea, en tiempo fuerte. Melódicamente tiene una característica muy llamativa y es que, en los primeros compases, el motivo principal se presenta con carácter fugado. Es decir, que el motivo suena en una voz para luego presentarse al menos una vez más o, incluso, dos veces más en otras voces. Vaya, como si fuese el inicio de una fuga o invención.

3. Las Suite de Bach

Sin duda, Bach nos aporta un enorme repertorio sobre las suites barrocas. Con muchas de ellas, obras culmen del estilo barroco tardío que él mismo llevó a sus máximas cotas de complejidad estudiaremos y analizaremos la forma binaria tipo suite. Como curiosidad, un listado de las distintas suites que Bach escribió para varios instrumentos:

  • 6 Partitas para clavecín (BWV 825-830)
  • 3 Partitas para violín solo (BWV 1002, 1004 y 1006)
  • 3 Suites para laúd solo (BWV 995-997)
  • 6 Suites para violonchelo (BWV 1007-1012)
  • Partita para flauta sola (BWV 1013)
  • 6 Suites inglesas para clavecín (BWV 806-811)
  • 6 Suites francesas para clavecín (BWV 812-817)
  • Otras suites para clavecín (BWV 818-824)

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