Fraseo musical

Frase (la oración), semifrase (división entre el sujeto y predicado), periodo (el párrafo) y motivo o inciso (la palabra)

1. La frase (la oración) y la semifrase (división en sujeto y predicado)

Con su acertada definición, Willi Apel expone que: «la frase musical es una división natural de la línea melódica, comparable al habla humana»[1]. Es, por tanto, la división más palpable y elemental del discurso melódico que vendrá definida por:

  • las cadencias, que establecerán su final y su carácter (conclusivo o suspensivo);
  • la notación musical correspondiente a uso de las articulaciones, la agógica y la dinámica, que conducen, refuerzan y estructuran el discurso musical.

La frase se puede dividir, generalmente, en trozos más pequeños llamados semifrases (lo que en la escritura correspondería a sujeto y predicado). Habitualmente, la frase arquetípica del período tonal clásico (y también muchas provenientes de música con carácter folclórico o de danza) cumplen un patrón de:

 FRASE (contrastante) [ Semifr. Ant. 4 cc. + Semifr. Cons. 4 cc.]

Es decir, que la música suele tender hacia una frase binaria paralela simétrica, frase binaria secuencial simétrica o frase binaria contrastante simétrica.

Figura 1: Frase binaria paralela simétrica, Sonate in G minor, Mov. IV. Rondo cc. 1-8 (Clara Schumann)

Aunque la figura 1 posee un carácter anacrúsico, se cumple el modelo de 4 cc. + 4 cc. en el que la semifrase consecuente tan sólo posee una pequeña variación melódica y armónica al final, puesto que la primera semifrase es suspensiva (V) y la siguiente es conclusiva (I). En las próximas figuras aparece las siguientes combinaciones de frases binarias: paralela (figuras 2 y 3), secuencial (figura 4 y 5) y contrastante (frase 6 y 7). Todos los ejemplos son simétricos a excepción de la figura 5.

Figura 2: Frase binaria paralela simétrica, No. 3 “Waltz”, Children’s Album, cc. 5-12 (Amy Beach)
Figura 3: Frase binaria paralela simétrica, Piano Sonata in C minor, cc. 1-8 (Cécile Chaminade)
Figura 4: Frase binaria secuencial simétrica, No. 14 “Premier bal” Petite Suite, cc. 1-8 (Jacques Ibert)
Figura 5: Frase binaria secuencial asimétrica, No. 25 “Ecos en el teatro” del Álbum de la Juventud Op. 68, cc. 1-8 (Robert Schumann)

La siguiente muestra musical forma parte de uno de los movimientos de la Suite sinfónica Má Vlast, que quiere decir “Mi país” o “Mi patria” de Biedrich Smetana, el padre de la música nacionalista Checa. La obra orquestal está formada por seis poemas sinfónicos que describen o representan aspectos del paisaje rural, la historia o las leyendas de Bohemia (la actual República Checa). Este movimiento titulado Moldau simboliza el río Moldava, el más largo del país. La frase que se muestra en el siguiente ejemplo responde al esquema más típico, como ya se ha comentado anteriormente, de frase binaria contrastante. Aunque rítmicamente es muy similar, existe un contraste entre el carácter de la primera semifrase que presenta un dibujo ascendente y la otra semifrase que es descendente. Lo cual, también está en relación con la intención del autor de reflejar musicalmente el fluir y discurrir de un río.

Figura 6: Frase binaria contrastante simétrica, “No. 2 Moldau” Má Vlast, cc. 39.6-47 (Biedrich Smetana)

El siguiente ejemplo forma parte de la Suite para orquesta Romeo y Julieta de Sergei Prokofiev, inspirada en la obra homónima de William Shakespeare. En ella se puede ver reflejado los caracteres melódicos quebrados típicos en la escritura del compositor. Además, la frase se introduce por una pequeña sección llamada decorado.

Figura 7: Frase binaria contrastante simétrica, “No. 6 Montaigus et Capulets” Pieces from Romeo and Juliet Op. 75, cc. 1-10 (Sergei Prokófiev)
Figura 8: Frase ternaria contrastante y simétrica, Sonate pour Clarinette, Mov. II, Op. 167  cc. 1-12 (Camille Saint-Saëns)

El anterior ejemplo (figura 8) y el siguiente (figura 9) son frases ternarias, construidas por tres semifrases y que se pueden englobar bajo una misma idea melódica común (8) o bajo un mismo patrón de acompañamiento (9).

Figura 9: Frase ternaria contrastante y asimétrica, Suite of Six Short Pieces, No. 1 “Prelude”, cc. 3-17 (Ralph Vaughan Williams)

El siguiente ejemplo pertenece al Concierto para trombón Op. 4 del compositor David Ferdinand y está compuesto por tres semifrases simétricas de 4 compases cada una, formando así la frase ternaria contrastante (aunque sus dos primeras semifrases sean secuenciales entre sí) y simétrica.

Figura 10: Frase ternaria contrastante y simétrica, Concierto para trombón, 2º mov., Op. 4, cc. 9-20 (David Ferdinand)

2.1. Ampliación

En ocasiones la frase musical puede finalizar con una ampliación. Este es un término que utilizamos para definir una breve parte final de la frase que tiene una función conclusiva. Es decir, una breve extensión final que reafirma una cadencia. No es material nuevo y tampoco es un elemento contrastante, si no que complementa o repite la frase a la que acompaña. 

Figura 11: Frase binaria paralela y simétrica + ampliación, Sonata Kv. 332, 1er mov, cc. 7-24 (W. A. Mozart)

¡¡IMPORTANTE!!
Dos cosas a recordar. Primero, SIEMPRE va al final de la frase. Segundo, NO abusar del término ampliación ya que suele ser un complemento fraseológico que aparece con poca frecuencia. Por lo tanto, no caer en el error de utilizarlo como recurso fácil para referenciar cualquier final de una frase.

3. Periodo (el párrafo)

El periodo sería la agrupación de dos o tres frases. Es lo que, trasladado al habla humana equivaldría a un párrafo, que aglutina varias frases bajo una idea común (en el caso del análisis de música tonal sería bajo una misma tonalidad). Al igual que ocurre con la frase, el periodo puede ser binario o ternario, además de paralelo/secuencial/ contrastante o simétrico/asimétrico. De nuevo el periodo tendremos que definirlo con su nombre y apellidos. Veamos algunos ejemplos de las posibles combinaciones.

Figura 12: Periodo binario paralelo y simétrico, No. 2 “Columbine”, The Children’s Carnival, Op. 25, cc. 3-18 (Amy Beach)

Como se ha podido comprobar hasta ahora las frases expuestas en los ejemplos son de 8 compases. No siempre será así; dependerán del contexto en el que se encuentran. Si la obra es breve, sus frases tenderán también a ser cortas (4 compases). Si por el contrario son obras extensas, las frases serán más largas (8 o 12 compases).

¡¡IMPORTANTE!!
La división del fraseo musical siempre es un punto delicado del análisis puesto que los criterios a la hora de realizarlo son varios como fijarse en las cadencias y la articulación de la propia melodía. En cualquier caso, la división elegida del fraseo ha de responder a una coherencia interna dentro del movimiento o la obra. Es decir, una suerte de unificación en cuanto a la extensión de todas las frases que la conforman.

El siguiente ejemplo, Cuarteto de cuerda No. 1 de Beethoven, vemos un periodo binario secuencial. La primera (a) y segunda frase (a’) pueden ser consideradas ambas frases secuenciales puesto que inician la melodía con la misma interválica pero a distancia de 2ª mayor ascendente. Lo mismo ocurre en la figura 14, la Sonata en Re menor para viola de Mikhail Glinka pero a un intervalo de 4ª justa.

Figura 13: Periodo binario secuencial y asimétrico, Cuarteto de cuerda No. 1, Op. 59, cc. 1-19 (Ludwig van Beethoven)
Figura 14: Periodo binario secuencial y simétrico, Sonata para viola en Re menor, 2ª mov., cc. 172-185, min. 5:48-6:20 (Mikhail Glinka)

4. Motivo o inciso (la palabra)

El motivo (o inciso) es la unidad más pequeña de una idea musical. Estos elementos poseen unas cuantas notas, con un perfil melódico-rítmico que a base de su elaboración motívica, puede llegar a formar una obra de grandes dimensiones.

Por lo tanto, no se puede comenzar de otra manera que no sea por el motivo más conocido de toda la historia de la música.

Figura 15: Motivo principal de la Sinfonía No. 5, Op. 67 (Beethoven)

Beethoven construye todo el primer movimiento de la Sinfonía No. 5 con las cuatro notas de carácter acéfalo y que impulsan la música siempre hacia delante. Aunque la interválica va variando, la rítmica se mantiene durante todo el movimiento e, incluso, aparece en el resto de movimientos de la sinfonía.

Otro ejemplo de maestría en la elaboración motívica lo encontramos en el compositor Johannes Brahms. En su Sinfonía No. 4, el primer movimiento se inicia con la siguiente melodía (figura 16). En realidad, está compuesta por un elemento muy pequeño, un intervalo de 3ª descendente; que se transforma acto seguido en una 6ª ascendente; y después en otra 3ª descendente; etc.

Figura 16: Motivo principal del 1er mov. de la Sinfonía No. 4, Op. 98 (Johannes Brahms)

Un ejemplo más lo encontramos en el compositor griego György Ligeti, en su Pieza No. 3 de la obra Musica ricercata para piano (una de las cuales, junto con otras 5, adaptó (o instrumentó) para formación de quinteto de viento en su obra Six Bagatelles).

Figura 17: Motivo y su repetición en la Pieza No. 3 de “Musica Ricercata” (György Ligeti)

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