Fraseo musical

Frase (la oración), semifrase (división entre el sujeto y predicado), periodo (el párrafo) y motivo o inciso (la palabra)

1. Terminología. Hablemos todos el mismo idioma

Gracias a teóricos de la música como Giulio Bas o Rudolf Westphal, hoy en día compartimos en el ámbito académico (conservatorios) la misma terminología para referirnos a los distintos elementos que construyen el discurso musical. Cada uno de vosotros habéis usado estos términos o estaréis acostumbrados a escucharlos a vuestros profesores de instrumento.

Y, qué mejor forma de entender los distintos elementos que conforman el discurso melódico que compararlos con nuestra herramienta más natural: el habla. Estos elementos son, en orden de más pequeño a más grande:

  • Motivo o inciso: el más pequeño, la palabra. Con la concatenación de ellos podemos conformar una frase (o toda una obra).
  • Semifrase. La división más pequeña de una frase, lo que podríamos comparar con la separación entre sujeto y predicado de una oración.
  • Frase. La unidad básica de medida, como el metro o el litro.
  • Periodo. La concatenación de dos o tres frases, que se podría establecer como el párrafo en un texto.

Esta terminología no es única. Nosotros usaremos la llamada terminología de la escuela anglosajona que parte de la frase como unidad básica. Pero existe también la escuela alemana que parte del periodo como unidad básica (lo que nosotros vamos a denominar frase). Grandes maestros y teóricos de la música han ido modelando esta teoría analítica como Hugo Riemann, Dietter de la Motte, Arnold Schönberg o Clemens Kühn. Nosotros nos centraremos en la escuela anglosajona.

2. La frase (la oración) y la semifrase (división en sujeto y predicado)

Con su acertada definición, Willi Apel expone que «la frase musical es una división natural de la línea melódica, comparable al habla humana». Es, por tanto, la división más palpable y elemental del discurso melódico que vendrá definida siempre por:

  • las cadencias, que establecerán su final y su carácter (conclusivo o suspensivo);
  • la notación musical correspondiente a uso de las articulaciones, la agógica y la dinámica, que conducen, refuerzan y estructuran el discurso musical.

Generalmente, a la aparición de uno de estos elementos (semifrase, fraseo o periodo) le sigue otro que se relaciona con el primero. Si se agrupan en dos elementos, conforman uno mayor que se denominará binario; si se agrupan en tres será ternario. Para referirnos al primer elemento usaremos el término de antecedente (ant) y consecuente (cons) para el segundo y tercero. A modo de ejemplos vamos a ver diferentes esquemas:

Frase Ant. + Frase Cons. = Periodo Binario
Frase Ant. + Frase Cons. + Frase Cons. = Periodo Ternario
Semifrase Ant. + Semifrase Cons. = Frase Binaria
Semifrase Ant. + Semifrase Cons. + Semifrase Cons. = Frase Ternaria

Hemos definido así el apellido (frase binaria, periodo ternario, etc.). Pero nos falta el segundo apellido, lo que define el tipo de relación entre los elementos:

  • Paralelo o contrastante (afirmativo o negativo). Cuando el segundo elemento posee las mismas o muy parecidas características al primero o son diferentes. Para ello, es necesario prestar atención a la melodía (basta con que empiecen igual para considerarlos paralelos), ritmo, armonía.
  • Secuencial. Cuando el segundo elemento es la repetición del primero pero a un intervalo distinto; lo que se conoce también como progresión.

Pero aún nos falta otra apellido más, que expresa la relación entre el tamaño de ambos elementos:

  • Simétrico o asimétrico. Cuando la longitud del segundo elemento es igual o distinta al primero.

Es decir, ¡que ya tendríamos el nombre y los tres apellidos completos! Vamos a ver algunos ejemplos:

Fr. Ant. (8cc.) + Fr. Cons. (8cc. mismo inicio) = Periodo Binario Paralelo Simétrico
Fr. Ant. (8cc.) + Fr. Cons. (8cc. distinto inicio) + Fr. Cons. (8cc. distinto inicio) = Periodo Ternario Contrastante Simétrico
Semifr. Ant. (4cc.) + Semifr. Cons. (5cc. distinto inicio) = Fr. Binaria Contrastante Asimétrica
Semifr. Ant. (4cc.) + Semifr. Cons. (4cc.) + Semifr. Cons. (5cc. distinto inicio) = Fr. Ternaria Contrastante Asimétrica

Figura 1: Frase binaria paralela simétrica, Sonate in G minor, Mov. IV. Rondo cc. 1-8 (Clara Schumann)

Aunque la figura 1 posee un carácter anacrúsico, se cumple el modelo de 4 cc. + 4 cc. en el que la semifrase consecuente tan sólo posee una pequeña variación melódica y armónica al final, puesto que la primera semifrase es suspensiva (V) y la siguiente es conclusiva (I). En las próximas figuras aparece las siguientes combinaciones de frases binarias: paralela (figuras 2 y 3), secuencial (figura 4 y 5) y contrastante (frase 6 y 7). Todos los ejemplos son simétricos a excepción de la figura 5.

Figura 2: Frase binaria paralela simétrica, No. 3 “Waltz”, Children’s Album, cc. 5-12 (Amy Beach)
Figura 3: Frase binaria paralela simétrica, Piano Sonata in C minor, cc. 1-8 (Cécile Chaminade)
Figura 4: Frase binaria secuencial simétrica, No. 14 “Premier bal” Petite Suite, cc. 1-8 (Jacques Ibert)
Figura 5: Frase binaria secuencial asimétrica, No. 25 “Ecos en el teatro” del Álbum de la Juventud Op. 68, cc. 1-8 (Robert Schumann)

La siguiente muestra musical forma parte de uno de los movimientos de la Suite sinfónica Má Vlast, que quiere decir “Mi país” o “Mi patria” de Biedrich Smetana, el padre de la música nacionalista Checa. La obra orquestal está formada por seis poemas sinfónicos que describen o representan aspectos del paisaje rural, la historia o las leyendas de Bohemia (la actual República Checa). Este movimiento titulado Moldau simboliza el río Moldava, el más largo del país. La frase que se muestra en el siguiente ejemplo responde al esquema más típico, como ya se ha comentado anteriormente, de frase binaria contrastante. Aunque rítmicamente es muy similar, existe un contraste entre el carácter de la primera semifrase que presenta un dibujo ascendente y la otra semifrase que es descendente. Lo cual, también está en relación con la intención del autor de reflejar musicalmente el fluir y discurrir de un río.

Figura 6: Frase binaria contrastante simétrica, “No. 2 Moldau” Má Vlast, cc. 39.6-47 (Biedrich Smetana)

El siguiente ejemplo forma parte de la Suite para orquesta Romeo y Julieta de Sergei Prokofiev, inspirada en la obra homónima de William Shakespeare. En ella se puede ver reflejado los caracteres melódicos quebrados típicos en la escritura del compositor. Además, la frase se introduce por una pequeña sección llamada decorado.

Figura 7: Frase binaria contrastante simétrica, “No. 6 Montaigus et Capulets” Pieces from Romeo and Juliet Op. 75, cc. 1-10 (Sergei Prokófiev)
Figura 8: Frase ternaria contrastante y simétrica, Sonate pour Clarinette, Mov. II, Op. 167  cc. 1-12 (Camille Saint-Saëns)

El anterior ejemplo (figura 8) y el siguiente (figura 9) son frases ternarias, construidas por tres semifrases y que se pueden englobar bajo una misma idea melódica común (8) o bajo un mismo patrón de acompañamiento (9).

Figura 9: Frase ternaria contrastante y asimétrica, Suite of Six Short Pieces, No. 1 “Prelude”, cc. 3-17 (Ralph Vaughan Williams)

El siguiente ejemplo pertenece al Concierto para trombón Op. 4 del compositor David Ferdinand y está compuesto por tres semifrases simétricas de 4 compases cada una, formando así la frase ternaria contrastante (aunque sus dos primeras semifrases sean secuenciales entre sí) y simétrica.

Figura 10: Frase ternaria contrastante y simétrica, Concierto para trombón, 2º mov., Op. 4, cc. 9-20 (David Ferdinand)

2.1. Ampliación

En ocasiones la frase musical puede finalizar con una ampliación. Este es un término que utilizamos para definir una breve parte final de la frase que tiene una función conclusiva. Es decir, una breve extensión final que reafirma una cadencia. No es material nuevo y tampoco es un elemento contrastante, si no que complementa o repite la frase a la que acompaña. 

Figura 11: Frase binaria paralela y simétrica + ampliación, Sonata Kv. 332, 1er mov, cc. 7-24 (W. A. Mozart)

¡¡IMPORTANTE!!
Dos cosas a recordar. Primero, SIEMPRE va al final de la frase. Segundo, NO abusar del término ampliación ya que suele ser un complemento fraseológico que aparece con poca frecuencia. Por lo tanto, no caer en el error de utilizarlo como recurso fácil para referenciar cualquier final de una frase.

3. Periodo (el párrafo)

El periodo sería la agrupación de dos o tres frases. Es lo que, trasladado al habla humana equivaldría a un párrafo, que aglutina varias frases bajo una idea común (en el caso del análisis de música tonal sería bajo una misma tonalidad). Al igual que ocurre con la frase, el periodo puede ser binario o ternario, además de paralelo/secuencial/ contrastante o simétrico/asimétrico. De nuevo el periodo tendremos que definirlo con su nombre y apellidos. Veamos algunos ejemplos de las posibles combinaciones.

Figura 12: Periodo binario paralelo y simétrico, No. 2 “Columbine”, The Children’s Carnival, Op. 25, cc. 3-18 (Amy Beach)

Como se ha podido comprobar hasta ahora las frases expuestas en los ejemplos son de 8 compases. No siempre será así; dependerán del contexto en el que se encuentran. Si la obra es breve, sus frases tenderán también a ser cortas (4 compases). Si por el contrario son obras extensas, las frases serán más largas (8 o 12 compases).

¡¡IMPORTANTE!!
La división del fraseo musical siempre es un punto delicado del análisis puesto que los criterios a la hora de realizarlo son varios como fijarse en las cadencias y la articulación de la propia melodía. En cualquier caso, la división elegida del fraseo ha de responder a una coherencia interna dentro del movimiento o la obra. Es decir, una suerte de unificación en cuanto a la extensión de todas las frases que la conforman.

El siguiente ejemplo, Cuarteto de cuerda No. 1 de Beethoven, vemos un periodo binario secuencial. La primera (a) y segunda frase (a’) pueden ser consideradas ambas frases secuenciales puesto que inician la melodía con la misma interválica pero a distancia de 2ª mayor ascendente. Lo mismo ocurre en la figura 14, la Sonata en Re menor para viola de Mikhail Glinka pero a un intervalo de 4ª justa.

Figura 13: Periodo binario secuencial y asimétrico, Cuarteto de cuerda No. 1, Op. 59, cc. 1-19 (Ludwig van Beethoven)
Figura 14: Periodo binario secuencial y simétrico, Sonata para viola en Re menor, 2ª mov., cc. 172-185, min. 5:48-6:20 (Mikhail Glinka)

4. Motivo o inciso (la palabra)

El motivo (o inciso) es la unidad más pequeña de una idea musical. Estos elementos poseen unas cuantas notas, con un perfil melódico-rítmico que a base de su elaboración motívica, puede llegar a formar una obra de grandes dimensiones.

Por lo tanto, no se puede comenzar de otra manera que no sea por el motivo más conocido de toda la historia de la música.

Figura 15: Motivo principal de la Sinfonía No. 5, Op. 67 (Beethoven)

Beethoven construye todo el primer movimiento de la Sinfonía No. 5 con las cuatro notas de carácter acéfalo y que impulsan la música siempre hacia delante. Aunque la interválica va variando, la rítmica se mantiene durante todo el movimiento e, incluso, aparece en el resto de movimientos de la sinfonía.

Otro ejemplo de maestría en la elaboración motívica lo encontramos en el compositor Johannes Brahms. En su Sinfonía No. 4, el primer movimiento se inicia con la siguiente melodía (figura 16). En realidad, está compuesta por un elemento muy pequeño, un intervalo de 3ª descendente; que se transforma acto seguido en una 6ª ascendente; y después en otra 3ª descendente; etc.

Figura 16: Motivo principal del 1er mov. de la Sinfonía No. 4, Op. 98 (Johannes Brahms)

Un ejemplo más lo encontramos en el compositor griego György Ligeti, en su Pieza No. 3 de la obra Musica ricercata para piano (una de las cuales, junto con otras 5, adaptó (o instrumentó) para formación de quinteto de viento en su obra Six Bagatelles).

Figura 17: Motivo y su repetición en la Pieza No. 3 de “Musica Ricercata” (György Ligeti)

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